
Llevo tiempo queriendo escribir algo sobre la película “La Ola” (Dennis Gansel, 2008), que me parece una de las más interesantes que se han hecho sobre el mundo de la educación en los últimos tiempos. “La Ola” se aleja de los tópicos al uso (alumnos conflictivos, profesores que oscilan entre el paternalismo y la violencia, etc.) para narrar un suceso real, ya que los hechos que se describen tuvieron lugar con ocasión de un experimento que se llevó a cabo en un instituto californiano en 1967, si bien la película traslada dicho experimento a la Alemania actual. Nos cuenta cómo un seminario sobre autocracia impartido en el transcurso de una semana genera un movimiento fascista que acaba en tragedia. Lo primero que me resulta atractivo es el método empleado por el profesor, que podría inscribirse en la cada vez más en boga educación por proyectos. Frente a lo que hubiera sido la enseñanza más o menos tradicional de lo que supone un régimen dictatorial, con exposiciones magistrales, películas, debates, etc. vemos a un profesor embarcado en una metodología de carácter eminentemente práctico, llegando a conseguir que sus alumnos creen un movimiento real: inventan un saludo, un uniforme, un logotipo y una denominación – La Ola - para dicho movimiento. Precisamente uno de los aspectos positivos de esta película es que deja claro el alto grado de motivación que es posible alcanzar con estos sistemas de enseñanza, aunque en el film esa fuerte vinculación al proyecto acaba yéndose de las manos. Otro aspecto positivo de la película es que ahonda mucho más que otras del mismo género sobre la psicología de los personajes, mostrándonos cómo los sucesos que se van encadenando a lo largo de la semana son consecuencia directa de la personalidad de todos los que intervienen en el proyecto: las envidias de los alumnos, las frustraciones del profesor, las inseguridades, los intentos de destacar por parte de los que se ven a sí mismo como perdedores... De esta forma disponemos de un análisis muy certero de la atmósfera que envuelve un aula de secundaria. Finalmente, la película plantea un tema de debate que es especialmente sensible en Alemania, el de si sería posible la vuelta del fascismo. Para un docente, sin embargo, creo que la pregunta sería más bien: ¿puede la educación modelar conductas en las personas? Aquí la película exagera, debido sin duda a las exigencias del lenguaje cinematográfico. De hecho, en el caso del experimento real que tuvo lugar en Estados Unidos, ni los resultados se consiguieron en una semana ni fueron tan rotundos como se describen en “La Ola”. Sin embargo, la película sí transmite la esperanza, obviando su evidente mensaje negativo, de que una educación adecuada puede contribuir a formar ciudadanos responsables e imbuidos de valores democráticos como la tolerancia y el respeto por los demás, ayudando a superar los conflictos que inevitablemente surgen en las relaciones humanas. Si los alumnos de la película son tan influenciables para el mal, ¿no lo serían igualmente para el bien? Esta posibilidad, junto con la metodología descrita anteriormente, me parecen los dos mayores aciertos de la película, cuyo visionado recomendaría, sin duda, a efectos de tratar la educación en valores en cualquier instituto de secundaria. La página oficial en castellano es
http://www.unetealaola.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario